Recomendaciones para el buen uso del monitor cardiaco

  Articulo tomado de la compañía de monitores POLAR

La piel libre de aceites, cremas y sudor tanto como sea posible.

Si usas banda, mójala bien.

Si tomas el pulso desde la muñeca, coloca tu reloj monitor más arriba de lo que llevas un reloj corriente.

Un sensor de este tipo está formado por una serie de fotodiodos (sensores que emiten luz, ni más ni menos) que cumplen funciones distintas. Por un lado, están los diodos cuya principal función consiste en emitir luz infrarroja, mientras que los otros diodos se encargarán de recibir la luz que es reflejada.

¿A qué nos referimos con el término de «luz reflejada»? Tal y como sabréis, el medidor de ritmo cardíaco se debe de colocar cerca de nuestra piel. Esta distancia tan corta entre el sensor y nuestra piel hace posible que la luz sea capaz de llegar a las venas. Una vez entra en marcha el sensor, la luz emite un reflejo de vuelta que indica a la pulsera el nivel de sangre en ese lugar en concreto.

Al bombear nuestro corazón la sangre varias decenas de veces al minuto, en cada segundo el nivel de sangre de la zona concreta que estamos midiendo varía. Y así, latido tras latido, el procesador de nuestro reloj o pulsera es capaz de determinar los latidos por minuto de nuestro cuerpo.

El propio bombeo de sangre de nuestro corazón hace que la luz reflejada varíe en cada instante. Estos cambios permiten a nuestro dispositivo realizar una medida estimada de nuestras pulsaciones por minuto, todo ello con un nivel de precisión bastante aceptable.

New Paragraph