Consejos para un deportista Celiaco
Yamil Brenes
Coach Internacional en Rendimiento Deportivo, Salud, Longevidad y Trabajo Mental
Nota: al aportarte esta guía no pretendo sustituir el asesoramiento de un médico especialista en el tema, siempre mi consejo para ti, será tener una guía profesional al respecto, te enfatizo que mi idea no es suplantar la asesoría médica, sino aportarte información para que puedas tomar mejores decisiones.
¿Qué es la enfermedad celíaca?
La enfermedad celíaca es una condición autoinmune en la que el sistema inmunológico reacciona de forma negativa al gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno y sus derivados.
Cuando una persona celíaca consume gluten, su sistema inmune ataca el intestino delgado, dañando las vellosidades intestinales (esas pequeñas “pestañas” que absorben los nutrientes). Este daño provoca una mala absorción de vitaminas, minerales y energía, lo que afecta directamente al bienestar y al rendimiento deportivo.
Síntomas más comunes
1. Dolor abdominal, gases, diarrea o estreñimiento.
2. Fatiga crónica o sensación de cansancio.
3. Pérdida de peso o dificultad para ganarlo.
4. Deficiencias nutricionales (hierro, calcio, vitamina D, vitamina B12).
5. Dolores de cabeza, irritabilidad o dificultad para concentrarse.
6. En deportistas: baja energía, recuperación lenta y mayor riesgo de lesiones por falta de nutrientes.
Tratamiento
La única forma de manejar esta condición es llevar una alimentación 100% libre de gluten durante toda la vida. Al eliminar el gluten:
1. El intestino se regenera.
2. El cuerpo vuelve a absorber nutrientes de forma normal.
3. Se recupera la energía y el rendimiento deportivo mejora.
En resumen, ser celíaco no es una limitación insuperable. Es una condición que exige disciplina y conciencia alimenticia, algo que para un deportista puede transformarse en una ventaja, porque lo impulsa a llevar una nutrición más limpia, natural y ordenada.
¿Cómo puede un deportista detectar si es celíaco?
La enfermedad celíaca solo puede confirmarse con pruebas médicas, pero hay señales de alerta:
1. Molestias digestivas frecuentes: dolor abdominal, gases, diarrea o estreñimiento.
2. Pérdida de peso sin explicación.
3. Fatiga crónica o debilidad, incluso con buen entrenamiento.
4. Deficiencias de hierro, calcio o vitaminas, a pesar de una dieta equilibrada.
5. Lesiones óseas o musculares recurrentes (por mala absorción de nutrientes).
6. Baja recuperación después de entrenamientos intensos.
Lo importante:
Si un deportista sospecha que puede ser celíaco, debe acudir a un médico especialista en aparato digestivo. Allí se realizan análisis de sangre (anticuerpos específicos) y, en algunos casos, una biopsia intestinal para confirmar el diagnóstico.
Doce consejos como deportista celíaco
Acepto mi condición como parte de mi camino deportivo. Ser celíaco no es un obstáculo, es una oportunidad para cuidarme mejor y ser más consciente de mi nutrición.
Reviso siempre las etiquetas. No doy nada por sentado: cada alimento que consumo debe estar certificado sin gluten o ser naturalmente libre de él.
Me enfoco en lo natural. Frutas, verduras, carnes, pescado, huevos, arroz, quinoa y legumbres son mi base diaria, seguros y nutritivos.
Planifico mis comidas. Sé que la improvisación puede traer riesgos, por eso preparo con anticipación mis snacks y comidas cuando viajo o entreno.
Soy cuidadoso con la contaminación cruzada. No comparto utensilios ni superficies donde haya pan o harinas con gluten. Mi salud depende de esa precaución.
Mantengo variedad en mi dieta. No me limito a los productos “sin gluten” procesados; busco variedad para que mi cuerpo reciba todos los nutrientes que necesita para rendir.
Aprendo a cocinar mis propias recetas. Esto me da libertad, seguridad y además disfruto experimentar con ingredientes que potencian mi energía.
Cuido mi recuperación. Incluyo proteínas magras, carbohidratos seguros y grasas saludables después de cada entrenamiento, todo sin gluten.
Hidratarme es clave. No descuido mi consumo de agua y electrolitos, porque el equilibrio hídrico es tan importante como la alimentación.
Comunico mi condición. Aviso a entrenadores, compañeros y restaurantes que soy celíaco, para que me apoyen y comprendan mis cuidados.
Escucho a mi cuerpo. Presto atención a cualquier malestar digestivo o falta de energía; mi cuerpo me da señales que no debo ignorar.
Me mantengo positivo. En lugar de enfocarme en lo que no puedo comer, me concentro en todo lo que sí puedo disfrutar y en cómo eso me hace más fuerte como atleta.
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